miércoles, 4 de septiembre de 2013

Imaginación, un mundo de sensaciones

Iba viajando en tren, mirando sin mirar, con la vista perdida en la nada y la cabeza vaya uno a saber donde cuando de repente por una ventana de una casa pequeña, humilde y hasta precaria, de esas que asoman contra las vías, apareció una ventana abierta de par en par que invitaba a mirar. Y miré, en el rápido pantallazo llegué a divisar una cocina vieja, con las paredes casi sin pintura, una mesa de madera que mostraba en sus manchas el paso del tiempo, sobre ella un termo y un mate. Los días siguientes volví a ver el mismo paisaje, la misma mesa, el mismo termo, el mismo mate y alguna que otra cosa mas sobre la mesa. Esta mañana cuando pase por ahí, en esa mesa un señor de unos sesenta años, tal vez mas, tomaba mate y tenia en sus manos la tapa de un vinilo de Sandro. El tren siguió su rumbo, me imagine al tipo escuchando a Sandro, en esa casa, solo, acompañado apenas por los recuerdos que ese disco le habrá traído. Pensé en la soledad y al mismo tiempo en la maravillosa compañía que puede significar un disco, un mundo de sensaciones.

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