La música es parte indispensable en nuestras vidas, cada momento que atravesamos tiene su propia banda de sonido, hay discos que de solo nombrarlos me transportan a ciertos momentos de mi vida, al igual que los aromas, la música nos lleva y nos trae sin que podamos evitarlo, simplemente sucede. Cuando una canción te recuerda a algún suceso feliz podríamos decir que no hay problema, mas allá de la añoranza que nos traiga lo mas probable es que una sonrisa se dibuje en nuestro rostro. El asunto cambia de tinte cuando una canción nos recuerda algún momento que preferiríamos borrar de nuestras mentes. Mas complicado es el asunto si la canción en cuestión nos parece genial y nos gusta mucho. The Cure ha compuesto discos geniales, lo necesariamente oscuros para sumergirte en su mundo y regodearse en el dark pop que proponen. Particularmente adoro a The Cure, el disco "Wish" de 1992 es uno de mis preferidos. Contiene entre otras joyas una canción que me recuerda a un momento particular de mi adolescencia. Todos pasamos (o casi todos) por ese momento donde ella decide que ya no quiere saber mas nada de vos. En aquel entonces "Wish" era mi disco de cabecera, "A Letter to Elise" se transformo en la canción criminal, esa canción que apenas la escucho se transforma en un puñal por aquel desamor juvenil, y si bien hoy puedo recordar con una mueca nostálgica todo aquello, durante un tiempo largo me castigaba con la belleza infinita de dicha canción. A The Cure le agradezco sus enormes discos y su infinita oscuridad, pero le agradezco más aún por haber musicalizado aquel dolor con semejante canción, así da gusto sumergirse en el abandono y sufrir un rato.
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