Desfasado, me dormí una señora siesta cuando no debía hacerlo, por ende a la hora de dormir tenia los ojos bien abiertos y el sueño brillaba por su ausencia. Si viviera la vida ideal, la de dormir cuando tengo sueño y estar despierto cuando mis ganas así lo indiquen, no habría ningún problema, pero existen horarios que respetar y un trabajo que cumplir. La noche se hace demasiado larga cuando no hay ganas de dormir y uno, por mas que sepa que no lo va a lograr intenta dormirse, resultado, vueltas y mas vueltas para al final prender la tele y buscar algo que me distraiga y me saque de ese estado espantoso. Uno tras otro fui pasando de canal sin encontrar mas que pura tontería o películas empezadas hasta que, como me ocurre muy seguido, me quedo viendo alguna que ya vi. The Wall de Pink Floyd, el filme británico que Alan Parker dirigió en 1982 me acompaño durante la madrugada. Esa música increíble acompañada por esas imagenes animadas maravillosas transformaron mi falta de sueño en un gran momento. La vi un millón de veces, sin embargo, siempre me vuelve a enganchar, serán esas canciones inmortales, será esa trama dolorosa post guerra que imaginó Roger Waters, vaya uno a saber que, lo cierto es que The Wall es una de esas películas que cuando aparece en la pantalla se me hace irresistible. Entonces me quede pensando en lo bueno que seria ver semejante película en 3D, seguramente a alguien ya se le ocurrió, espero que ese alguien no tarde mucho en transformar esa idea en realidad. Después me dormí y creo que soné con The Wall en 3D.
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