Caminaba bajo una llovizna otoñal, la ciudad gris parecía más gris aún. Era lunes y un lunes no es lo mejor que me puede pasar. Humedad, gente apurada e indiferente por todos lados y mi sensación de lunes insoportablemente a flor de piel.
De repente a un chico de no más de 17 años le sonó el teléfono, para mi sorpresa el ringtone no era una cumbia ni un reggaetón, sonó "Hey Joe" de Jimi Hendrix. El chico atendió y la ciudad gris, siguió siendo gris, el otoño no se fue a ningún lado, permaneció intacto e inmóvil sobre cada milímetro de asfalto en la ciudad, sin embargo, la ciudad ya era otra, mi ánimo ya era otro. No todo esta perdido pensé, y seguí caminando tarareando esa canción que invadió de esperanza y de recuerdos a mi cuerpo maltratado por un lunes impiadoso.
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