Gris, amenazante mañana sobre la ciudad, de pronto la lluvia está entre nosotros, el tren mitre volviéndome loco, la espera, la desesperación, el reloj que avanza sin pedir ningún permiso en este jueves disfrazado de lunes. En los auriculares una hermosa música me aleja del lugar, en mis manos "La noche del Oráculo" me termina de transportar a otras vidas, a otras personas y a otras problemáticas. Paul Auster lo escribió y un amigo me lo regaló. Viene a mi mente una frase del Indio Solari "Un gran remedio para un gran mal". Ahora sí, tarda lo que quieras querido tren.
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